Uno de los aspectos positivos del lucro en la educación es que genera más oferta y por ende más posibilidades de ingresar a la universidad. Esto porque sin el incentivo del lucro el sector privado no tomaría la iniciativa y el riesgo de invertir. Además, el objetivo de obtener mayores ingresos obligaría a este tipo de universidades a mejorar su oferta y su calidad para atraer a mayor cantidad de alumnos. A todo esto se le puede incluir a que las universidades con fines de lucro pagarían impuestos por lo que contribuiría a las arcas fiscales.
Otro aspecto positivo es que al no depender la educación de fondos públicos, se independizan estas universidades de presiones e ideologías por parte del Estado, lo que otorga mayor pluralismo al sistema.
Aunque creo que muchos de estos puntos pueden ser rebatidos en el actual debate acerca de la educación y su financiamiento, creo que son argumentos muy válidos, pero que no se pueden aplicar a la realidad del sistema neoliberal chileno, en el que lo único que importa a la hora de hacer un negocio es conseguir dinero a costa del sacrificio del consumidor, y, como he dicho anteriormente, este no es un problema que afecte solo a la educación, sino que a otros aspectos de la vida en nuestro país.
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